Lima, nos vamos a la playa

Estoy super quemado, y es del sol (búhos FTW). La acampada no era en la montaña, sino en la playa, y parece que eso de ponerme protector solar no es lo mío. A comprar crema hidratante toca. Debería hacerme una foto para echarnos todos unas risas.

La playa a la que fuimos está a cerca de una hora hacia el sur de Lima. Nada más llegar se nos apareció un señor con una guitarra que decía que le había dejado la novia hace tres semanas y estaba bastante hecho mierda. Estuvo con nosotros un par de horas tocando de todo (Sabina, Calamaro, Nino Bravo…), la verdad es que lo hacía bastante bien, si mal no recuerdo dijo que tocaba en algún local de Barranco (la zona de bares).

Más tarde vino el primo de un chico que estaba con nosotros (Iván, el compañero de intercambio de Irene aquí) en un coche con más gente, las tiendas de campaña, sacos (aquí los llaman directamente “sleepings”), leña y… ¡anticuchos! Si no me han tomado el pelo, los anticuchos son corazón de vaca en trozos. Se hacen a la brasa como si fuesen pinchos morunos y la verdad es que no se nota demasiado que es corazón; si no me hubiesen dicho, probablemente no me habría dado cuenta. Todo acompañado de una clase especial de papas (tienen cientos de tipos diferentes), maíz (choclo) y salsa (crema).

Aquí las botellas de cerveza (chelas) son de más de medio litro y tienen una forma muy curiosa de beber en grupo. En lugar de agarrar cada uno una chela, se hace un corro y, utilizando un solo vaso, se va sirviendo cada uno, bebiendo y pasándola. Cada vez que le entregas la botella de cerveza al siguiente dices “salud”, el vaso se le pasas cuando te lo acabes. Es algo parecido a beber sidra, por lo de usar sólo un vaso y hacer ronda, pero además se le añade lo de “salud”. Me gusta. :)

Más tarde empezamos con bebidas más fuertes y los juegos de beber. Jugamos a uno que consistía en que cada uno de nosotros éramos un limón y teníamos un número. Por ejemplo, Irene era “un limón” y yo “seis limones”. Empezaba uno y tenía que decir su número, después “medio limón” y después el número de limones de la persona que tiene que seguir. Por ejemplo, si me toca a mí y quiero que la siguiente sea Irene diría “seis limones, medio limón y un limón”. Después añadimos que, cuando te tocase beber, antes tenías que decir “salud por todos, por la pachamama [madre tierra] y por <nombre de la última persona que bebió>”.

Yo acabé con un pedal terrible. Bebía cuando me tocaba y cuando no, así soy de alcoholico. Al día siguiente salí de la tienda aún dando tumbos y me tomé un paracetamol que se me cayó varias veces al suelo, a la arena, con un poco de chicha morada que encontré en una mesa.

Cuando me metí en el mar casi me jala. Hay bandera roja casi siempre, y no es tanto porque las olas sean enormes sino porque, como digo, el mar te jala hacia dentro y te puedes ahogar. Cuando me quise dar cuenta ya no hacía pie ni de lejos y las olas se me estaban jalando, me puse algo nervioso, pero milagrosamente la santa pachamama me perdonó y supe aprovechar las crestas de las olas para salir nadando. A medio camino me encontré con el socorrista que ya venía a por mí a salvarme. Al parecer estuvo haciendo sonar un silbato varias veces para que saliésemos, y también fue a sacar a una compañera mía. Iván nos contó más tarde que ya ha visto más de un helicóptero en esa playa sacando gente del mar, tanto vivos como muertos. En fin.

Después de comer yo ya notaba que me había quemado, en el carro de vuelta con un cansancio terrible y dolor de cabeza, ya que dormimos como dos horas. Al llegar a casa por la tarde yo me metí en la cama porque me dolía la cabeza muchísimo y hasta tenía ganas de vomitar (peazo insolación), total, que cuando me quise despertar eran las 2 de la mañana e Irene y yo nos habíamos dormido con la luz encendida en su habitación. From lost to the frozen river (aka in for a penny, in for a pound) decidimos seguir durmiendo hasta la mañana y al final nos hemos acabado levantando a las 7. Total unas 12 o 14 horas de sueño, tampoco hace falta hacer números exactos. Irene se tira de los pelos porque tiene un examen hoy y tiene/tenía que estudiar pero yo super-contento por este síntoma de buena salud mental que es dormir la burrada de tiempo que hemos dormido.

Puede que éste sea el último post limeño que escriba. Esta tarde llega Cris y voy a ir yo solo a buscarla al aeropuerto. Irene me ha dicho que volvamos a su casa en taxi, pero a mí me da algo de rabia porque los taxistas me parecen unos pesaos insoportables y además la experiencia de montarte en un carro petao nada más llegar es, eso, toda una experiencia, aunque no sé si a Cris le gustará o petará por los cuatro costados. La razón por la que éste puede que sea el último post no es que Cris pete o no, sino que mañana nos vamos de excursión a Cuzco, Ollantaytambo y Aguas Calientes (Machu-Pichu) y evidentemente no me llevaré el ordenador y no podré escribir. Aunque bueno, pensándolo bien a lo mejor escribo algo en papel y lo paso cuando llegue a Barnacity. 😀

Apa, me voy al supermercado a comprar crema hidratante a ver si no me deshago. ¡Saludos desde la terracita!

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