Lima, el cagadero

Hay una cosa que, al igual que la universidad, no se puede dejar de visitar en una ciudad y es nada más y nada menos que el cagadero. Es bien sabido que los cagaderos o tazas de váter de distintos países tienen formas y mecanismos diferentes y Lima no podía ser una excepción.

En este caso y como podéis apreciar en las fotos (las he subido yo porque con éstas seguro que Irene se negaba o incluso las borraba :P) el tirador no se encuentra en la parte superior de la cisterna ni colgando como una cadena, sino en forma de palanca en la esquina superior-izquierda de la parte anterior de la cisterna, aunque también las hay en forma de botón en la misma posición.

Como también espero que se pueda ver en las fotos, en su posición “standby” el agua dentro de la taza alcanza un nivel algo superior al correspondiente en las españolas, lo que provoca que aquello que tiremos dentro se quede flotando en vez de irse al fondo. No le veo ventajas a simple vista.

Mención especial merece el mecanismo de “jalado de agua”. He de admitir que aún no le he pillado el tranquillo. Los misterios del váter limeño. Cuando uno acciona el tirador empieza entrar agua y subir su nivel, y se ha de mantener pulsado un segundo o dos, porque si no la maquina no se traga el agua y se queda todo donde estaba. De veras que no entiendo qué criterio utiliza la máquina para tragar, porque si uno usa una vez la palanca y la quiere accionar una segunda porque quedaron cosas malas sin tragar, se le da el tiempo que sea pero no traga; hay que esperar a que vuelva a llenarse lo suficiente la cisterna.

(Las fotos son del baño de la izquierda del piso superior de la casa de Irene, es el que me pillaba más a mano)

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