Cernunnos, VII

¡Seguimos avanzando con el gallinero! Ya hemos cogido práctica con el martillo y somos expertos clavadores de clavos. Uno de los trucos es utilizar una rama firme en forma de horquilla para sujetar la rama donde estás clavando y así se tambalea menos y se emplea más fuerza en que entre el clavo. De aquí a montar nuestro propio taller de carpintería hay un paso.

Una vez construido el armazón vamos a tejer ramitas de sauce entre medias y más tarde terminar con paja y barro y ¡apali! ya tenemos ponedor de huevos para el gallinero. Todo un avance.

Parece que han empezado las fiestas de Monforte y en casa hemos tomado sidra y medio pastel para celebrarlo. Dice Andru que una de las cosas que más le gusta del modo de vida que llevan es que pequeñas cositas, como comer un trozo de pastel, se convierten en verdaderas delicias.Para que os hagáis a la idea, imaginad el placer de probar un tomate de la cosecha nueva después de llevar desde noviembre de 2011 sin comer un solo tomate.

Visto esto, creo que cabe preguntarse qué necesidades del primer mundo burgués (de ciudad) son esenciales y cuáles son simplemente creadas o superficiales. Y sobre la naturaleza humana de querer (o valorar) siempre un poco más allá de lo que se tiene. ¿Seríamos igual de “felices” con unas vidas más austeras? ¿Podría llevar esto a que haya menos acumulación de riqueza y mejor repartición? ¿Y a que encontremos vías más aceptables de progreso humano sin destruir la naturaleza aceleradamente? Todo esto y mucho más en las secciones de filosofía y política de su biblioteca.

Que hablando de biblioteca, madre mía la peazo de colección que tienen aquí. Ahora que estoy viciado con la política he subido y me he encontrado a Stiglitz, a Chomsky, a Marx, a Lenin y Stalin, a Huxley… Si esta gente ha leído la cuarta parte de los libros que tienen, ya son súper-cultos.

Ya tengo los billetes de vuelta a Barnacity, los he comprado hoy y vuelvo el martes 21, Alvia durante 11 horas en asiento. Nada de tren-hotel, con lo que habría molado ir dormidito todo el trayecto, pero eran 100€ frente a los 70€ del Alvia. ¡30€ es un libro!

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