Primer día en Lima

Lo primero de todo, interesante decir que no se necesita ningún tipo de visado para entrar en Perú, ni preparar nada. En el mismo avión te dan un par de papelitos que tienes que rellenar con tus datos. Al llegar pasas un control de pasaportes y luego aduana aleatoria, pulsas un botón y si se pone en verde pasas directo, si se pone rojo al registro. A mí no me tocó. :)

Nada más salir de la zona de equipajes se encuentra uno con masas de gente esperando a la gente que llega (¡a mí me estaba esperando Irenita!) y decenas de taxistas ofreciéndote llevarte a la ciudad. Te acosan. En serio, no les vale con que les digas que no, te persiguen diciéndote que si son baratos, que si no se qué; es un agobio, pero habrá que acostumbrarse. Como nota, los taxis te pitan por la calle (vayas en la dirección que vayas) para que te subas. Aquí el consumidor no va al proveedor, sino justo al contrario. También me ha dicho Irene que si quieres un taxi es mejor llamarlo porque hay taxis (¡y autobuses!) falsos que te pueden secuestrar y tal, un caos, como el tráfico.

Al final conseguimos coger un autobús, que aquí no se llaman autobús, sino “carros” y otra ristra de calificativos que no recuerdo. No son públicos sino que está liberalizado/privatizado y hay muchísimas empresas de autobuses. Además, no son como los que tenemos nosotros, sino mucho más pequeñitos (hay de varios tamaños), con forma de camioneta. ¡Buscad fotos en Google!

Si hay una cosa que destacar de aquí es cómo las personas sustituyen a la tecnología, o quizá mejor dicho, como la tecnología aún no ha sustituído a las personas. En el autobús hay un tipo que sale a cada parada gritando los sitios a los que va el autobús, y es también el que te cobra. Nada de maquinitas. Cuando te quieres parar lo que haces es gritar tú “¡paradero!” y te para en el siguiente paradero/parada, aunque me han dicho que también puedes pedir simplemente que paren donde sea y ahí te dejan aunque no haya parada, dependiendo de si van con prisa o no. Todo mucho más informal. También es más estresante para los europeitos que nos aventuramos por estos parajes (no paran de gritar), pero tiene su encanto y habrá que acostumbrarse. A los autobuses suben vendedores ambulantes y predicadores que venden chicles y cosas por el estilo.

En relación con la tecnología y las personas no me puedo quedar sin decir que hoy he visto… ¡un hombre semáforo! Sí, señores y señoras, en la calle de la universidad en vez de semáforos normales tienen un tipo en una tribuna que controla el tráfico. Brutal. También hay seguridad privada por todas partes. La gente no tiene pinta de chunga pero supongo que habrá bastantes robos y hurtos y por eso…

Por otra parte, la religión está en todas partes. Desde los predicadores de los autobuses hasta cienes de estampitas por las calles, capillas enormes en la universidad… Irene me ha dicho que la gente cree en OVNIs y duendes, no sé si será una mayoría, pero es gracioso 😛  Tengo que aprender a guardar respeto a todo esto o me voy a llevar una torta antes de salir de aquí.

La gente de aquí en general es muy simpática. Por ejemplo, hemos ido a cambiar dinero y el tipo de la caja se ha puesto a charlar con nosotros, que si éramos estudiantes, que qué estudiábamos… Aún no he visitado muchos sitios, pero da la sensación de que es la tónica general, todo mucho más humano.

La casa donde vive Irene es preciosa, preciosa, preciosa. No exagero. Además es espaciosa (osa-osa-osa!), tiene tres pisos, una salón-comedor con varias mesas, una terraza en lo alto (Irene vive en el tercer piso) chulísima para estar ahí por la noche, genial. He conocido ya a casi toda la gente de su casa, estudiantes y casi todos de fuera de aquí.

Ahora estoy en la biblioteca de Ciencias Sociales de su uni, que es una universidad católica y privada, pero que también es muy chula, el campus lleno de verde, varias cafeterías con comida MUY barata y nombres desconocidos. Es genial todo, ¡estoy muy contento de venir aquí!

Hace un clima estupendo, voy en pantalón y camiseta cortas y por la noche no hace frío. Después de comer vamos a ir al centro a dar una vuelta, si me dejan otro rato ya os contaré más cositas. :) Apaaaaa!

One thought on “Primer día en Lima

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *